Otra vez te estoy extrañando.
Por la metralla de palabras discriminante.
Insensata.
Insensata al oír ajeno
por lo complejo,
por lo que se dijo, y lo que nó.
Por la paz que rara vez aparece entre batalla y batalla
porqué es guerra hablar verdades y escucharlas.
Corren las semanas y heridos buscamos refugio
lejos, uno del otro,
lejos,
en incertidumbre de no saber
si es solo uno
o los dos los que no han sanado aún.
Y es que ya no te extraño
porqué he sanado
y ahora quien me escucha escucha hipocresía
y me he acostumbrado a hacer sonrísa para ella misma
a hacer ruido
a hacer ruido en secuencia y sucesión
para otros tantos que aman decir
y escuchar nada.
Ya no te extraño
porqué sé que no quieres que te extrañe
qué ya no hay paz
y sólo es batalla perdida la memoria
de todo lugar donde alguna vez nos atacamos
ilusionado
busco tu oído
forzando estas palabras
filtrándolas en voz y pantalla ajena
ilusionado
esperando el momento
esperando el momento en que tu costumbre sedienta de nuestra guerra
te arranque esa amnesia dónde me tienes encerrado
que por tí
entendí a Frida,
entendí a Frida en su invento gramático
y que después de un muralista
solo tú presionas el corazón a lo dramático:
Te cielo.
Te estoy hablando.
Otra vez,
te estoy hablando
y otra vez
me estas escuchando
y otra vez sonrío
y otra vez
ya te estoy extrañando.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario